miércoles, 18 de julio de 2007

Violeta

A la vera de un camino
una tarde en primavera
vi morada y diminuta
entre yerbas y hojas secas
una flor maravillosa
era una humilde violeta
allí estaba a ras de suelo
a la vera de un camino
tan bella como discreta
su delicado perfume
me embrujó de tal manera
que corté aquel primor
y la guardé en mi cartera
para ofrecerla a mi amor
tan pronto como la viera
pero mi amor no volvió
y aquella hermosa violeta
lentamente se secó
entre las páginas presa
de amarillento color
de un cuaderno de poemas
que ella me regaló
allí esta sola y seca
y aún mantiene el olor
como yo, ella espera
tener un día ocasión
de ser delicada ofrenda
en las manos de mi amor

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